Ya no te creo, ya no te espero, ya no me importa de que quieras hablar, ya no te extraño, ya no te engaño, mejor marcharse sin mirar hacia atrás. Y si después de tanto peregrinar alguna vez nos volvemos a encontrar, mira mis ojos y dime si alguna vez por un instante te deje de adorar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario